En los tiempos modernos, más aún desde 1900, vemos mucha documentación procedente de China sobre el cultivo de hortalizas germinadas. Los brotes, ricos en vitaminas y nutrientes, son una fuente vital de alimento en China, especialmente en invierno y en las regiones más frías del norte, donde no se encuentran disponibles otros tipos de vegetales.
Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial, aumentó el interés de Estados Unidos por comer semillas germinadas. La preocupación era que, como en Europa, una guerra prolongada restringiría la disponibilidad de carne y productos lácteos, por lo que había que buscar una fuente alternativa y rápida de proteínas para el consumidor estadounidense.
Al final, la opción que se les ocurrió a los científicos fue germinar semillas ricas en proteínas, especialmente frijoles y soja, en hogares urbanos.
Poco después del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos creó y distribuyó folletos sobre cómo germinar y preparar diversas semillas.
Brotes y microplantas hoy
A mediados de la década de 1960, el cultivo de hortalizas en forma de brotes, brotes o microverduras comenzó a despertar el interés del público en general, siendo esta vez el deseo de una alimentación saludable y no el miedo a la guerra el principal motivo.
A este renovado interés han contribuido el movimiento de regreso a la tierra, una mayor conciencia de la necesidad de proteger el medio ambiente y el entusiasmo por los alimentos frescos y naturales.
A finales de la década, Ann Wigmore, que puede considerarse la precursora del actual movimiento por los alimentos crudos, promovió la filosofía de los "alimentos vivos", llamó la atención sobre el peligro de introducir aditivos en los alimentos, pero también sobre el uso de brotes, especialmente el pasto de trigo, como antioxidantes para el organismo.
Los brotes y brotes o microvegetales, como también se les conoce, fueron parte vital del mensaje de Wigmore sobre cómo comer para mejorar la salud.
Este interés está muy vivo en la actual tendencia de los alimentos crudos. Hacer germinar semillas en unos pocos días es una forma inteligente y rápida de aumentar la ingesta de nutrientes de las verduras; las semillas germinadas tienen hasta 40 veces más vitaminas y minerales que las verduras convencionales.
Últimamente se ha hecho hincapié en los microvegetales, que representan la etapa de crecimiento de las semillas de 7 a 14 días; la diferencia con los brotes es la exposición a la fotosíntesis (luz).
Los chefs profesionales fueron los primeros en descubrir y utilizar estos microvegetales, especialmente con fines estéticos. Unos microgreens de guisantes o rúcula alegran cualquier plato y le dan un sabor intenso a cada plato, pero en mayores cantidades se consideran bombas nutricionales y entran en la categoría de superalimentos.
Junto a la introducción de las microplantas en los restaurantes premium, se ha arraigado la tendencia de los huertos urbanos, con su mensaje de que por pequeño que sea tu espacio, ya sea un apartamento o una terraza, algo puedes cultivar. Entonces, ¿por qué no empezar con algunos brotes o microvegetales?
Marte, un gran paso para la hidroponía y un paso aún mayor para la humanidad.
Para poder mantener la dieta de una población en crecimiento en el futuro, la NASA ha propuesto el desarrollo de cultivos hidropónicos, que proporcionan un mayor suministro de nutrientes por unidad de medio de cultivo.
También tenemos que agradecer a la NASA por adaptar la forma de cultivar cultivos hidropónicos en condiciones de ingravidez. Estas plantas pequeñas pero resistentes se han convertido en la solución más viable para alimentar una futura colonia humana en Marte. La NASA ya tiene experiencia con estos cultivos hidropónicos en la Estación Espacial Internacional, donde los astronautas convertidos en agricultores espaciales han cultivado con éxito brotes y microplantas en condiciones de ingravidez.
Así, comenzando con los Jardines de Babilonia (Año 1 d.C.), los Jardines Colgantes de los Aztecas/Chinampa (Año 1516 d.C.) y continuando con la China Imperial, Estados Unidos, la historia de los brotes y las microplantas continúa escribiéndose y evolucionando. Tierra, y esperemos que pronto también en otros planetas.